Díaz Gómez destaca que no
se puede hablar de corrupción sin referirnos a la ética, aunque sí podemos
hacerlo sobre esta sin referirnos a aquella.
En el esquema socio-político
griego existía una diferencia-oposición entre la asociación natural, de la familia
y la asociación social de la Polis ya que
con la aparición de esta el hombre recibe
además de su vida privada, una segunda vida (bios politikos) lo que conlleva a dos órdenes de existencia. Con ambos hay una tajante distinción entre lo que es suyo (odion) y lo que es comunal
(Koinon). También se da una distinción entre la vida “privada” - ausencia de los demás - y lo “público” - común a todos nosotros y donde
se debate para el intercambio de ideas, para la construcción de una visión de
mundo compartida -
Esta diferencia entre odion (privado) y koinon
(público) es básica para entender también el significado de la política y
administración moderna en la que en la Res
Pública ya no hay una identificación personal y patrimonial entre el mandatario
político y los medios de administrar (materiales, personales y financieros). El mandatario de ahora solo puede disponer arbitrariamente, como cualquier otro ciudadano,
de su odion (puede dejar su coche a quien quiera prestar su dinero, hacer
caridad, comprara medicinas para sus familiares,o hablar con un amigo empresario
para que contarte a un amigo parado …).
El koinon solo se usa para satisfacer
servicios públicos bien común, interés
general, etc. Y además usarlo como dicen las normativas generales y especificas.
Usar lo público para satisfacer intereses
privados no es ético ni moral y sólo por eso es antisocial e ilegítimo, toda vez
que, a la par, puede ser además antijurídico en diversos grados. Hay que controlar
pues las exigencias éticas para evitar las peores consecuencias de la
corrupción.
Las ideologías de todo tipo del espectro
político universal están machadas por la corrupción, es ingenuo pensar que hay
mirlos blancos en la política incluso en aquellos que presentan para terminar
con una situación corrupta como hemos visto en los últimos años en España. Sin
embargo hemos constatado en entradas anteriores que la época del neoliberalismo
político y su instrumento de la Nueva Gestión Pública, ha sido el escenario
ideal y real para diversas y nuevas formas de corrupción, en las que las diversas
herramientas no han servidos para una mayor eficiencia sino un mayor coste,
como dejamos constancia con el informe de la reforma copérnico o del proyecto COCPS en el marco europeo.
Cabe añadir que están muy bien los referentes normativos sobre anticorrupción, transparencia
y bien gobierno pero serán un mero brindis al sol si no mejoramos la capacidad
de la decisión pública sobre todo la crítica. Sustituyendo claramente las
diversas razones que suelen ser denominador común (el partido, el Estado, la
Administración Pública, la tesorería, el amigo, los nuestros, comprar
voluntades,…) por una universal razón de
humanidad, de bien común, de interés público o como quiera razonarse. Algo así
como no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan, o la versión kantiana
del imperativo categórico.
De nuevo una provocadora
cita de Yezhekel Dror realizada en 1992 en tiempo del interregno de la deconstrucción
de la antigua URSS , puede abrir las
mentes que siguen ancladas aún en las razones de la vieja política y sobre todo
prevenirnos de los actuales nefastos gurus y sus formulas retrotópicas (…)las
modernas disciplinas de elección, tales como la investigación operativa y el
teorema de Bayes, sirven únicamente para conjuntos de decisiones con
regularidad estadística, Y los enfoques que potencialmente se ajustan a las
características de la elección crítica, tales como el 'pensamiento en la
historia' y algunos conceptos de las ciencias cognitivas, están aún poco desarrollados.
De todo esto se deduce que los conocimientos disponibles no ayudan a mejorar la
calidad de la gobernación, siendo poco más que una simple referencia
bibliográfica de la gobernación tradicional .
Los continuos fallos de las valoraciones de los expertos en las que se
basa la elección crítica, a pesar de la gran cantidad de recursos destinados a
ellas, nos hace pensar que falta algo fundamental que supedita la gobernación
al "azar" mientras no se descubran nuevas teorías al respecto. La
práctica inexistencia de analistas expertos en política moderna entre el
personal de las veintiséis consultorías por mí estudiadas y que asesoran a
presidentes de gobierno, pone de manifiesto la falta de utilidad de las
disciplinas de decisión, en su forma actual, para la gobernación, y que a pesar
de todos los inconvenientes siguen utilizándose al menos algunas veces.
Esta situación está en claro contraste con las urgentes necesidades.
Gracias a la ciencia y a la tecnología, en conjunción con las grandes
organizaciones y la acción de las masas, que multiplican la magnitud del
potencial impacto de la acción pública en el futuro, la calidad de la elección
crítica está adquiriendo más importancia que en el pasado. Los índices
"normales" de fracaso, propios de una gobernación tradicional, han
ocasionado mucho daño a lo largo de la historia en términos de declive de las naciones
y de sufrimiento humano. No obstante, en el peor de los casos, los efectos más
negativos estaban limitados en el espacio y en el tiempo. Sin embargo,
actualmente, estos límites del impacto negativo de una decisión crítica equivocada
están reduciéndose y desapareciendo, debido en parte a los poderosos
instrumentos políticos que proporcionan la ciencia y la tecnología modernas,
junto al know-how de las grandes organizaciones y las mayores aspiraciones
sociales. Por tanto, no se puede seguir confiando en la protección contra las
desastrosas consecuencias de los errores en las decisiones humanas, proporcionada
en el pasado por la debilidad de los instrumentos políticos. En lugar de esto,
se deberá mejorar radicalmente la calidad de la elección crítica, ya que de no
hacerlo así, se perpetuarán las nefastas consecuencias de la endémica tendencia
a cometer errores muy graves en los actuales procesos de decisión. La mejora de
la gobernación, unida al avance de la ciencia y la tecnología y a los cambios
globales de valores, traerán consigo una mejora de las condiciones humanas que,
por ironía de la historia y para bien o para mal, podría propiciar la aparición
de nuevos profetas. Reprimir y desarmar a los profetas peligrosos, al tiempo
que el mundo sigue abierto a ideologías pluralistas y posiblemente a nuevas
ideologías materialistas y sistemas de creencias trascendentales, puede ser la
prueba suprema de la gobernación en el siglo XXI. Esta prueba se complicará
todavía más con los efectos combinados de los medios de comunicación de masas y
las redes de comunicación mundiales, el fácil acceso a las tecnologías letales,
y el ansia del ser humano de mensajes espirituales que den sentido a su vida.
… El profesionalismo, también en el contexto de la gobernación implica
dos características correlativas: por un lado, la capacidad de tender puentes
entre el conocimiento teórico y el pensamiento abstracto, y por otro, las
situaciones concretas y los problemas discretos. Y la habilidad para superar el
"sentido común" y las conexiones "obvias", por
superficiales y a menudo engañosas. La segunda característica nos hace
plantearnos la necesidad de basar la elección en unos conocimientos más
profundos y a menudo opuestos a la intuición, basados en una teoría avanzada. Dicho de otra manera, para sacar a la
gobernación fuera de la jaula en la que está confinada, se precisan
innovaciones paradigmáticas en los procesos de elección crítica (...)
Cfr.
Díaz Gómez A. (2003) "Ética y corrupción. Lo público y la
democracia" en Convergencia n°
31, enero-abril 2003.
Dror ,Y.(1992) La gobernación como una especulación con la historia (1)
Revista Vasca de Administración Pública., Nº 33, 1992, págs. 91-104.
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