martes, 18 de mayo de 2021

¿El Gobierno como solución o como problema? : Gobierno o Administración del Estado (2)

Las  proclamas antiestatalistas-burocrático-administrativistas de Ronald  Reagan,  fueron una constante y  muy sugerentes e ingeniosas sin duda, dotadas de razón en parte por el mal uso que de la burocracia hacen los  gobiernos democráticos aunque solo fuera por mor de las críticas en sede estructuralistas (el análisis disfucnional de Merton y el análisis funcional de Selznick.)  y mas todavía en el marco neoestructuralista en el que pro ejemplo Crozier consideraba el modelo burocrático  como un fenómeno cerrado en sí mismo, poco abierto a su entorno, como un sistema demasiado rígido para adaptarse, sin las crisis, a las transformaciones sociales.

Es comprensible pues  que dijera  Reagan farses tales como ;

 

-  “ el mejor Gobierno es el que no existe”;

-  “El Gobierno es como un bebé: un canal alimenticio con gran apetito en un extremo y ningún sentido de la responsabilidad en el otro”;

-  “El gobierno no soluciona problemas; los subsidia”;

-  “El mostrador de un funcionario es lo más cerca que estaremos de la eternidad en esta vida”;

- “Para qué gastarse recursos en evaluar lo que ya se sabe que se hace mal”;

- “ No estoy preocupado sobre el déficit. Es lo suficientemente grande para cuidarse sólo”;

- “He dado órdenes para que se me despierte en cualquier ocasión de emergencia nacional, incluso si estoy en un reunión con mi gabinete”;

-  “Las nueve palabras más terroríficas en lengua inglesa son: `Soy del Gobierno y aquí estoy para ayudar´”;

- “La primera obligación del Gobierno es proteger a la gente, no dirigir sus vidas”;

-  “El Gobierno es como un bebé. Un canal de alimentación con un gran apetito por un lado y ningún sentido de la responsabilidad por el otro”;

- “La visión del Gobierno sobre la economía se podría resumir en unas pocas frases cortas: si se mueve, ponle impuestos; si se sigue moviendo, regúlalo. Y si deja de moverse, subsídialo”;

- “Las mejores mentes no están en el Gobierno. Si hubiera alguna, el sector privado se las robaría”.


Esta tradición seguiría en muchas mentes como la de   G. Norquist, uno de los políticos más influyentes en la Administración de Bush hijo quien ya afirmaría en el 2002 que si bien no pretendía abolir el Gobierno, (…)se conformaba con reducirlo hasta un tamaño que permitiera ahogarlo en la bañera (…) y promotor de las rebajas fiscales para el ciudadano en su trabajo Déjanos solos: Consigamos que el Gobierno quite las manos de nuestro dinero, nuestras armas, nuestra vidas, (2008)

Desde una perspectiva sistémico-funcional para un análisis acerca de si los gobiernos cumplen los fines del Estado y utilizan debidamente la racionalidad instrumental que le otorga la administración neoburocrativa, un análisis funcional sobre el cumplimiento de los obejivos , fines y funciones y su relación de coherencia  (Mayntz dixit) de la Administración Pública le daría la razón a Reagan y amigos.

Para Mayntz el objetivo de la  organización constituye el  punto de arranque para su  análisis. El objetivo  es lo que guía las decisiones,  las actividades           y  los procesos hacia un fin específico. En el campo del análisis organizativo debe distinguirse entre Objetivo, fin y  función, pues no siempre significan lo mismo y sirven para un análisis más exhaustivo sobre el funcionamiento organizacional.

• El ‘Objetivo;’ indica un propósito  fijado por la propia voluntad, que puede alcanzarse y redefinirse  establecerse  secuencialmente – táctica o estratégicamente -en conjunción con otros simultáneos.

• El ‘fin’; refleja la  idea instrumental de la organización, es un cometido impuesto desde fuera y  que se debe cumplir  continuamente y, por tanto, supone una prestación continuada.

• La ‘función’; refleja la contribución  que, dentro del sistema social, presta la organización en  una situación determinada, considerada            como  deseable y fijada como norma o pauta.

No debe  buscarse coincidencia entre funciones, fines  y objetivos, pero si una racionalidad y coherencia instrumental y teleológica, que le dé sentido a su actividad y continuidad.  Diversos y distintos objetivos y fines pueden contribuir y coincidir funcionalmente en pro de algo superior , bien entendido que ay algunos fines y objetivos que para nada contribuyen o conducen a su desaparición.  Mayntz considera variables muy determinantes para el análisis de la gestión de las Administraciones, su dependencia de la política,  su carácter público y la  influencia del  entorno.

A buen seguro encontramos por doquier y masivamente multiplicidad de disonancias, contradicciones e incoherencias  entre los objetivos, fines y funciones, provocadas por estas variables y en especial por la dirección política antidemocrática que pone por delante intereses perversos a los generales que constitucionalmente establece la constitución como fines del Estado .

 Se comprenderá  que nuestra mejor Ciencia de la Administración europea llegó a afirmar que si bien el presidente USA Reagan tenía razón cuando dijo que el gobierno federal era parte del problema más que de la solución, sus intentos de reforma deberían haber estado dirigidos hacia los políticos y no hacia los burócratas [ Cfr. Pollitt, C.-Bouckaert, G. (2010). La reforma de la Gestión Pública. Un análisis comparado. Inap, Madrid,:212-216]

Afrimación que se compadece con aquella misma de Pollit, (“Hacia una nueva teoría de la Administración Pública: Algunos comentarios sobre la 5ª conferencia Braibant de Jocelyne Bourgon” en Revista Internacional de Ciencias Administrativas,  73-1, 2007] al manifiestar (…) ¿Qué se supone que deben hacer los políticos en este Desafiante Nuevo Mundo? ¿A qué se dedican nuestros representantes electos? En este sentido, tenemos que ser bastante cuidadosos, ya que la teoría gerencial que se he importado del sector público durante los últimos  veinte años dibuja a los políticos como estrategas que fijan objetivos generales y definen los valores dominantes, dejando después el rumbo de la nave en manos de los gestores. Esta visión siempre me he parecido poco realista, y contraria tanto a la evidencia científica como a mi propia experiencia. Los políticos ni quieren ni están preparados pare ser super planificadores, no están preparados ni quieren apartarse de los detalles organizativos; de hecho, parece existir un imperativo político que exige parecer implicado cuando las cosas van mal (los desastres son siempre organizativos, nunca doctrinales) (…) 


No hay comentarios:

Publicar un comentario