En entrada ‘Lo
Público y la Administración Pública’‘ de 27 de
septiembre de 2016, dimos cuenta de la
importancia para la Ciencia de la Administración de la necesidad, según Frederickson, de una 'teoría del público para la Administración Pública',
ante la falta general de un concepto. Como las diversas opciones analizadas (los
grupos de interés, consumidor, parlamento-gobierno, cliente, ciudadano), no resultaban
satisfactorias por sí solas, el citado
autor se inclinaba por una teoría en la que concurrieran estos requisitos; basarse
en la constitución; en la idea de un ciudadano virtuoso; capacidad del sistema de responder a todas
los intereses; un servicio público
benevolente con el ciudadano.
El trabajo fue publicado en Administration & Society vol.22- 4, 1991 y cuatro años más
tarde obtuvo carta de naturaleza la idea
de ‘valor público’, como enfoque
relacionado con la acción de las organizaciones públicas o las instituciones del gobierno propiamente. Oportuna
idea las de valor público al estar focalizado hoy en dia en el objeto de
estudio de la Administración Pública sobre sus productos y su relación con el
cómo gestionar lo público, en suma , lo que constituye el locus y el focus de las políticas públicas.
Fue Mark Moore quién introdujo el enfoque de
valor público en 1995 con el objetivo de fijar un razonamiento práctico y guía
para el gestor público, superadora del enfoque tradicional. La propuesta de la obra Creating Public Value,(ed. española Gestión Estratégica y Creación de valor en el Sector público,1998),consiste en que los recursos públicos deben ser
utilizados para incrementar el valor existente, de la misma forma que sucede en el sector privado (valor añadido). Supone
generar el máximo valor posible para la ciudadanía con los recursos
financieros, humanos, físicos y tecnológicos existentes en la institución.
Máximo valor que desde la imaginación gerencial
debe y puede obtenerse para asegurar la
eficacia de los propósitos políticos y,
a la par, obtener la máxima eficiencia. Consiguientemente la propuesta va más allá de los impactos monetarios
al incluir los beneficios sociales para
la ciudadanía, lo que conlleva un enfoque integral para la gestión pública
y la mejora continua en los servicios
públicos .
Igualmente la propuesta conecta con una Administración Pública más
democrática pues - Kelly y Muers - este valor es definido en última instancia por
la ciudadanía, la cual se expresa por
diferentes medios y mediante las decisiones de los políticos elegidos, y estos
deben saber qué es aquello que el público valora y cuáles son las preferencias de la sociedad . Por lo tanto
será en la negociación, deliberación y en el acuerdo político donde las
sociedades democráticas establezcan acuerdos sobre lo más valioso para la
sociedad en su conjunto.
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