domingo, 16 de abril de 2023

La actividad de Fomento y el legado de Javier de Burgos (4): Las Ideas de Administración.

 El autor  plasmaría más tarde en 1839 su  Ideas de Administración, que corresponde  a las conferencias pronunciadas en el Liceo de Granada en 1841 y publicadas por el periódico La Alhambra. Como liberal reformista su objeto es la misma Administración mediante  su idea de la omnipresencia y su acción protectora. Diría que la inmensidad  de la Administración, con sus agentes se ocupa desde los arroyos hasta el mar (Mesa Segura,1946).

La Administración; 

 -Es la más variada, la más vasta y la más útil de las tareas de todas las ciencias morales. 

- Preside el movimiento de la máquina social, precipita o modera su acción, arregla o modifica su mecanismo y protege así, y conserva y mejora todos los intereses públicos. 

- Objeto de su solicitud es el hombre antes de nacer, y lo es, después de que haya dejado de existir 

- Hacer el bien es la incumbencia esencial, la suma de  todas las atribuciones de la Administración y esta obligación es activa 

- Definiría a la Ciencia de la Administración como la “ciencia de lo útil y de lo dañoso”, mientras que el Derecho es  “la ciencia de lo justo y de lo injusto”. Uniría ambas ya que  en su parecer las atribuciones del poder administrativo deben dirigirse en último término, al fomento y a la prosperidad del país. 

Un extracto de su ideas dice mucho sobre la cuestión (...) Proporciona ocupación a los hombres robustos en los trabajos públicos, proporciónala en los hospicios a los desvalidos, y a los delincuentes en los establecimientos de corrección. Socórrelos en sus dolencias, ora abriéndoles las puertas de sus hospitales, ora derramando sobre el hogar doméstico los dones de la compasión privada y los consuelos de la caridad pública. A los desgraciados, que fruto de la flaqueza o del crimen son abandonados al nacer por sus padres, tiene la Administración abiertos desde luego asilos para alimentarlos, y más tarde escuelas y talleres donde adquiriendo medios de vivir a sus propias expensas, puedan retribuir a la sociedad los beneficios de su santa tutela. Ni aún al morir el hombre abdica la suya la Administración; ella preside a los funerales, dicta las precauciones con que deben hacerse, aísla, el asilo de los muertos  (…) 

Compárese estas afirmaciones  dichas ya en 1841 por un liberal como todos los de la década prodigiosa española con el contenido de La vida cotidiana de – John Smith - un habitante de Birmingham de 1895 de  Sidney Webb, fundador de la sociedad fabiana, la London economics and political school y, por ende, del laborismo ingles, que con la incorporación en su programa de postguerra del informe Bedveridge seria el fundamento de nuestro welfare state –junto al modelo bismarckiano -.

En Birminghan (...) John Smith se despierta en la vivienda que le ha proporcionado el Municipio por las campanas del reloj municipal. Enciende la luz eléctrica de la fábrica municipal, hace su aseo con el agua del abastecimiento municipal y bebe un vaso de leche certificada municipal, calentada con el gas de la fábrica municipalizada. En la calle, naturalmente municipal, toma el tranvía o el autobús municipal. Gracias a la policía municipal llega seguramente a su oficina. Smith comerá posiblemente en un restaurante municipal, leerá los periódicos o revistas en una biblioteca pública, contemplará las obras de arte de un museo municipal, practicará el deporte en un parque municipal, consumirá alimentos conservados en las cámaras frigoríficas municipales y distribuidas en los mercados municipales o tal vez en las expendedurías reguladoras del mismo carácter. Si no pertenece a la clase bastante pudiente de la ciudad, será asistido y hospitalizado en los establecimientos o por los facultativos municipales, y allí dará a luz su mujer. Cuando se encuentre sin trabajo, acudirá a la oficina municipal de colocación. Y habrá realizado sus estudios en las escuelas municipales. Un día, como todos los humanos, John Smith morirá, y, después de la inscripción en el registro municipal, será llevado por el servicio fúnebre municipal al cementerio municipal. (...)


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