El caso es que además
de Waldo, desde la década de los ’40
hasta los ’90 autores de la talla de Simon, Dahl,
Morxtein-Marx, Frederickson, Moscher
y Cimmino, Chevalier y Loschack o
Peters no han dejado de atacar la idea de la dicotomía
política- Administración y rechazaron desde diversas ópticas sus presupuestos
De ahí se entiende
la cacareada metáfora de C. Hood, de que
la NPM “derrotó” a un dinosaurio que llevaba por lo menos 30 años muerto. Es decir los citados
presupuestos heterodoxos de la era ortodoxa.
Hoy nadie
duda del daño que ha supuesto en lo público la excesiva intromisión de la
política en la esfera administrativa y de las extralimitaciones que esto ha
supuesto en la experiencia NPM, por mor de control el poder burocrático (sí sr.
ministro)
Cabe
preguntarse, sin más, qué hace un político en la concesión de licencias, en
la selección de un contratista o en la de
un empleado. Incluso habría que preguntarse ver el por qué dejar en su manos el cómo, en la gestión de
los servicios públicos, pues su cometido
es en la doxia era determinar el ‘qué’ de la acción pública, y eso no es lo que
se recoge normativamente.
Como ya
he tenido ocasión de decir
la NPM (Thatcher dixit) trato de que el funcionario (gallo) no
contralara el gallinero (Administración Pública), pero la praxis ha demostrado
el error de cambiar a un fallo por muchas zorras al cuidado de las
gallinas
Que la burocracia genera patologías, desde luego,
en lo público y en lo privado y así es tratado por Mintzberg en su obra sobre
las organizaciones, al citar el estudio sobre Mark & Spencer (posibilidad de suprimir 8000 de los 20000 puestos de
trabajo, si se eliminaran funciones burocráticas) y otros mil ejemplos sobre
ineficiencia… pero antes que el huevo fue
la gallina – ¿tal vez? - y ésta es la que debe cuidarse, por lo que hay que
hacer un corral a prueba de zorras y de lobos –tipo tres cerditos, con estos mimbres;
· Una Dirección Pública Profesional
· Reforzamiento y blindaje del rol tecnoestructural.
· Desaparición del rol supervisor del personal eventual, además de su consideración de personal político.
· Control de la imposibilidad normativa de dinámicas spoyl system.
· Ultraburocracia informática en la selección de contratistas y mecanismos de gestión de los servicios públicos y de reacción de organismos administrativos.
· Imposibilidad de que familiares, parientes, amigos, vecinos,… puedan contratar con la Administración Pública o presentarse a puestos públicos durante un tiempo prudencial de 5, 10 o 100 años desde el nombramiento del político (habría que arreglar el 23 y 103 CE).
· Cultura de la parsimonia en el gasto público.
· Respeto máximo al principio republicano de división y control de poderes, como impedir que puestos consultivos, jurisdiccionales, reguladores … puedan ser elegido por órganos políticos.
· (…)
· Una Dirección Pública Profesional
· Reforzamiento y blindaje del rol tecnoestructural.
· Desaparición del rol supervisor del personal eventual, además de su consideración de personal político.
· Control de la imposibilidad normativa de dinámicas spoyl system.
· Ultraburocracia informática en la selección de contratistas y mecanismos de gestión de los servicios públicos y de reacción de organismos administrativos.
· Imposibilidad de que familiares, parientes, amigos, vecinos,… puedan contratar con la Administración Pública o presentarse a puestos públicos durante un tiempo prudencial de 5, 10 o 100 años desde el nombramiento del político (habría que arreglar el 23 y 103 CE).
· Cultura de la parsimonia en el gasto público.
· Respeto máximo al principio republicano de división y control de poderes, como impedir que puestos consultivos, jurisdiccionales, reguladores … puedan ser elegido por órganos políticos.
· (…)
Aun así la injerencia de lo político es
posible, como la de cualquiera que se precie, pues es innato al poder su
extralimitación y desviación, pues en caso contrario sería un servicio. El
debate ahora no es técnica vs. política
o democracia vs. burocracia. El sistema
requiere para su regeneración institucional la mejor técnica al servicio de la
mejor política. Son las dos caras de la misma moneda. Política sin
Administración es ciencia ficción, se dijo, y Administración sin política, nos
lleva a tentaciones totalitarias o pretorianas.
El enfoque como manejo
técnico de la Administración Pública
ha pervertido el sentido político
originario de motor del progreso, que contemplaba la pionera Ciencia de la Administración,
pues siempre ha pretendido responder al ‘qué’ (momento político-constitucional) y a la par
al ‘cómo’ (momento técnico) en aquello
que queremos que sea colectivo en el
marco del Estado Social.
Un enfoque sistémico-contingente-funcional en la Ciencia de
la Administración, es decir, la
Administración Pública como instrumento
para la gobernabilidad colectiva, no puede obviar la incidencia de la política
en la Administración Pública, sea esta política democrática, totalitaria o tecnocrática , siempre subyacerá una
cosmovisión en el dirigente, y por lo tanto ideológica, la Administración
Pública no será nunca en su totalidad
una maquina neutra, aunque sí o lo debe ser en algunas de sus funciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario