Uno de los precursores de la sociología,
Émile Durkheim, cuando ante la objeción de que una serie de hechos concretos no
encajaban con sus postulados teóricos, replicó diciendo que lo sentía por los
hechos. Las ideologías se imponen a las evidencias y la razón
material a la instrumental. Esto viene a colación de que en
los programas políticos de hoy sigue imperando un patético populismo que
arrincona a las evidencias más positivistas. Ya nos avisó el sociólogo en su
obra de 1895 Las reglas del método sociológico obra al decir
que “Los fenómenos sociales deben ser considerados en sí mismos, desprendidos
de los seres conscientes que forman sus propias representaciones mentales de
ellos. Hay que estudiarlos desde fuera, como cosas exteriores, porque es así
como se nos presentan”
Recordando el ameno libro de El
Retorno del Chaman de Victor La puente el populismo es propio del
Chaman de hoy, mientras que las evidencias corresponden a los exploradores.
Mientras que los Chamanes se ocupan de su supervivencia en el sistema, los
exploradores se ocupan de la supervivencia de humanidad y su sistema válido
contingente. Los exploradores son hoy como ayer, quienes se arriesgan o
arriesgan mucho en sus investigaciones, críticas, estudios, experimentos, en su
práctica profesional. Los Chamanes suelen vivir del resigo y hacienda de los
demás. Como dice el gran historiador de la Administración Pública, El Chaman
(mago, curandero y luego hierofante y sacerdote) y no la prostituta fue el
primero profesional de la historia, pues ganaba peculio en su intermediación
con el poder divino.
Hoy en términos de Administración Pública
el explorador es el profesional-técnico- funcionario-administrador-agente y que
como apuntaba en 1937 Leonard White en La administración como profesión el
desempeño en las oficinas públicas Pública precisa de un
equipo intelectual capacitado de orden superior que precisa de Savoir
faire, imaginación, capacidad constructiva, percepción e imparcialidad
y capacidad de abordaje para los problemas complejos y difíciles. Esto de White
tenía mucha complicidad con las aportaciones clásicas de Taylor y Fayol, y como
tal clasicismo siguen estando pero han sido superadas en algunos
aspectos por la nuevas capacidades para hoy que Dror ve en su propuesta de los
administradores Delta Type para el siglo XXI. Propuesta que además
de retornarla, habrá que ir repensándola para que éstos nuevos roles ideales
manejen las, también ideales ‘Organizaciones de aprendizaje continuo’.
Todo lo que se salga de aquí no es gestión
ni preocupación por las evidencias que reflejan los problemas reales de la
comunidad. Los discursos de estos días de cambio o no de ciclo, parecen
pertenecer al modelo analítico del cubo de basura (garbage can) en el
que se construye el, problema para imponer una solución feten. Así nos
encontramos con soluciones basadas en retrotopías, en relatos de hace 200 años,
en buscar hostiles y culpables. Esto suena a populismo reaccionario
contra otro previo también reaccionario, se construye mal y se destruye pero no
se avanza. Solo se avanza con buena gestión de las políticas públicas, ya para
ellos hay que delimitar bien, recordando la doxa normativa que
en la Ciencia de la Administración Pública moderna no hay ya confusión entre
gobernó y administración, pero tampoco dicotomía como pretendió la era ortodoxa
americana de Wilson y seguidores.
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