En
nuestro sistema educativo sigue existiendo la necesidad de una reforma radical,
y creo que esta pasa en parte por entender que si parte de los recursos pueden ofrecerse desde el sector privado, no puede, como la
sanidad, ser objeto de negocio, ni del 2
x 1 o el 3 x 2.
A
los datos ofrecidos y el del falso mito
de la ‘mejor generación’ añádase que en nuestra CV el 70 % de las familias
de clase media ingresa menos de 1500
euros al mes. O sea, ya no es clase
media.
No
voy a menospreciar, al contrario, a las buenas voluntades
existentes en todas las instancias y que hacen que las cosas bien sean mejores
o no sean peor todavía, pero en términos de gestión de políticas, el
modelo de equidad no funciona debidamente, y esto es muy grave, sabido la
incidencia del factor educación y trabajo (junto a vivienda y sanidad).
La ‘equidad’
responde pues a un modelo, establecido por en las políticas constitutivas que
se recogen en las grandes leyes fundamentales y sus desarrollos legislativos y que finalmente como actos concretos de
implementación de las políticas establecen derechos públicos subjetivos.
Ya
en los primeros trabajos sobre ciencias/análisis de políticas se planteaba si las
políticas determinan la política (Does
policies matter/Does Policies Determine Politics
–Lowi 1972, Newton, 1984) o era la economía (Dye,1966) . Hoy puede añadirse al debate que la aptitud/ineptitud política (Does politics matter?) condiciona más
aún a las políticas.
El
ciclo político de la ineptitud, del discurso banal, del ensayo-error, del
método papelera e incluso el del incrementalismo simple ha terminado ya.
Necesitamos un bucle reformador – en los términos de Morín expuestos -hacia la
ética en el desarrollo económico y esta pasa por la educación integral lo que
exige una reforma en la manera de hacer
políticas. Los cambios estructurales e
importantes y acreedores de políticas constitutivas ha de ser hecha desde un enfoque racional
optimo (sinóptico/ exhaustivo o comprensivo), o cuento menos, en sus comienzos
de un enfoque combinado o incrementalismo estratégico. Así lo hizo USA con el New
Deal en los ’30, Finlandia en su crisis
de los ’90 y Noruega con su pacto social 1999-2005.
No
me parece casual que el citado contrato social noruego se produjese siendo primer ministro Kjell Magne Bondevik del partido popular cristiano y que el
contenido fundamental del citado pacto fuera la defensa de los servicios públicos
y la oposición de la privatización del sector pública que venían produciéndose desde
las políticas neoliberales.
Eliminar
el ajuste partidario mutuo como sustitutivo de marcos teóricos
normativo/ideológicos ineludibles, así como eliminar la anarquía organizada de
las políticas, solo requiere deshacerse de la ineptitud y la toxicidad. Sustituirla por la sabiduría y
capacidad analítica del decisor. A esto coadyuva la presencia en las instancias de apoyo a la
decisión pública de becarios y universitarios politólogos en prácticas. También coadyuva los informes imparciales de expertos en pro de
decisiones de buen gobierno en lugar de
los dictámenes rápidos y autoafirmatorios, y como no, la lealtad institucional
de los agentes públicas cuando las decisiones son justas.
Lo
que sobre todo ayuda es tener en cuenta que los que saben como tomar buenas
decisiones (sinópticas, articuladas,proactivas, prospectivas,estratégicas,…) no
están para perder el tiempo en lecturas frívolas, partidistas –o peor cainitas
-, o infantiles de los problemas
urgentes o importantes de cada día.
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