“No quiero abolir el Gobierno”, “Me conformo
con reducirlo hasta un tamaño que nos permita ahogarlo en la bañera”. Esto lo dijo en el 2002 G. Norquist, uno de los políticos más
influyentes en la Administración de George W. Bush y promotor de las rebajas
fiscales para el ciudadano.
Geraldine J. Fraser-Moleketi directora del grupo de Gobernanza democrática del programa de Naciones Unidas para el desarrollo (UNDP/BDD) afirmó en su conferencia “Democratic Governance at Times of Mega-Crises. Re-building our Communities and Building on our Citizens” - 9º Braibant Lecture en Lausanne , en el marco del Congreso IIAS de Julio de 2011 -) que (…) Sufrimos aún en algunos lugares un fuerte ataque contra el Estado administrativo, que vio la luz del día durante la Gran Depresión y prosperó en el camino de la reconstrucción post-guerra, la descolonización y los esfuerzos de desarrollo, durante los años 1950 y 1960 (…)
En la Braibant Lecture de 2102, Bernardo Kliksberg señaló que el índice de Gini que se utiliza para medir el grado de desigualdad social, mostrando el alejamiento de una sociedad sobre una distribución de la riqueza completamente igualitaria, refleja datos en claro retroceso social, respecto de etapas previas. Los últimos datos revelan que en el mundo el 10% de las la población posee el 80% de los recursos. En EEUU 400 personas tienen más recursos que 150 millones.
Kliksberg concluye que el Estado no puede ser ajeno a esto, pues la inequidad social es contraria al desarrollo de los pueblos. Muestra de otras dinámicas, de comprueba con sucedido en Brasil donde los programas estatales en ocho años han sacado a 30 millones de personas de la pobreza. Igualmente los Estados con más niveles de bienestar son los que han sufrido menor impacto con la crisis económica, aunque sólo sea por comparar el norte de Europa con el sur. Para Kliksberg, en estos momentos la sanidad y al educación deben ser objetivos prioritarios del Estado.
D. Kettl en Sistema bajo stress, el desafío a la gobernabilidad del siglo XXI (2013), analiza el sistema político de EE.UU. a la luz de los retos del 11S, el huracán Katrina, la crisis financiera y las reformas llevadas como consecuencia de todo ello, para concluir que está en duda que la Administración (en sus funciones fiscal,reguladora, de control,…) esté mejor preparada para predecir y gestionar eficazmente las crisis financieras futuras.
Habrá que pensar por qué son los políticos los que hablan de reducir el Estado, mientras que la Ciencia de la Administración, sigue defendiéndolo en sus foros. El Estado es fundamentalmente acción colectiva, es momento de que la ética vuelva a dirigir la economía. A lo que cabría añadir que el Estado Administrativo es su mejor valedor y coadyuvante, y habría que imaginarse las consecuencia de ahogarlo en un bañera, aunque solo fuese porque hay argumentos para nutrirse de una Ciencia Política prescriptiva, entendida esta, como positivismo politológico.
Geraldine J. Fraser-Moleketi directora del grupo de Gobernanza democrática del programa de Naciones Unidas para el desarrollo (UNDP/BDD) afirmó en su conferencia “Democratic Governance at Times of Mega-Crises. Re-building our Communities and Building on our Citizens” - 9º Braibant Lecture en Lausanne , en el marco del Congreso IIAS de Julio de 2011 -) que (…) Sufrimos aún en algunos lugares un fuerte ataque contra el Estado administrativo, que vio la luz del día durante la Gran Depresión y prosperó en el camino de la reconstrucción post-guerra, la descolonización y los esfuerzos de desarrollo, durante los años 1950 y 1960 (…)
En la Braibant Lecture de 2102, Bernardo Kliksberg señaló que el índice de Gini que se utiliza para medir el grado de desigualdad social, mostrando el alejamiento de una sociedad sobre una distribución de la riqueza completamente igualitaria, refleja datos en claro retroceso social, respecto de etapas previas. Los últimos datos revelan que en el mundo el 10% de las la población posee el 80% de los recursos. En EEUU 400 personas tienen más recursos que 150 millones.
Kliksberg concluye que el Estado no puede ser ajeno a esto, pues la inequidad social es contraria al desarrollo de los pueblos. Muestra de otras dinámicas, de comprueba con sucedido en Brasil donde los programas estatales en ocho años han sacado a 30 millones de personas de la pobreza. Igualmente los Estados con más niveles de bienestar son los que han sufrido menor impacto con la crisis económica, aunque sólo sea por comparar el norte de Europa con el sur. Para Kliksberg, en estos momentos la sanidad y al educación deben ser objetivos prioritarios del Estado.
D. Kettl en Sistema bajo stress, el desafío a la gobernabilidad del siglo XXI (2013), analiza el sistema político de EE.UU. a la luz de los retos del 11S, el huracán Katrina, la crisis financiera y las reformas llevadas como consecuencia de todo ello, para concluir que está en duda que la Administración (en sus funciones fiscal,reguladora, de control,…) esté mejor preparada para predecir y gestionar eficazmente las crisis financieras futuras.
Habrá que pensar por qué son los políticos los que hablan de reducir el Estado, mientras que la Ciencia de la Administración, sigue defendiéndolo en sus foros. El Estado es fundamentalmente acción colectiva, es momento de que la ética vuelva a dirigir la economía. A lo que cabría añadir que el Estado Administrativo es su mejor valedor y coadyuvante, y habría que imaginarse las consecuencia de ahogarlo en un bañera, aunque solo fuese porque hay argumentos para nutrirse de una Ciencia Política prescriptiva, entendida esta, como positivismo politológico.
Vid.
Braibant Lecture de 2102, B. Kliksberg
en http://www.iias-iisa.org/e/conferences/braibant/Pages/Braibant-lecture-2012.aspx
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