lunes, 5 de diciembre de 2022

Evidencia en Administración Pública –PABE- (2)

Me he  referido continuas veces a un dilema que opera aún como un irresoluble debate en BPA y es la cuestión ortodoxia-heteropraxis tan acusada y que tiene dos expresiones muy acertadas tanto en la discusión científica Dahl-Simon cono en la posterior de O’’Kelley, e insisto que es repetido ntra repetido como  lugar ya muy común para mí  - sobre el problema de la Administración Pública y su cientificidad, que aun no tienen solución o quizás sean por siempre  irresolubles; la primera  responsabilidad de  , Robert Dahl en 1947. “Ciencia de la Administración Pública: Tres problemas” publicada en  PAR, 7 (1-2),  al afirmar que (…) estamos muy lejos de una Ciencia de la Administración Pública, ninguna es posible a no ser que … 

1) El lugar de los valores normativos ha de ser aclarado.

2) La naturaleza del ser humano en el área de Administración Pública ha de ser mejor comprendida y su conducta más predecible.

3) Son precisos los estudios comparados a fin de ce encontrar principios y generalidades que trasciendan las fronteras (…)

En el trasfondo subyace el problema que abordamos en términos de BPA, por lo que Herbert Simon, en 1947  y al número siguiente de PAR 7(3)  contesto en el artículo Un comentario sobre la Ciencia de la Administración Pública,  afirmando su  acuerdo esencialmente con las tres proposiciones, pero con  alguna salvedad y un replanteamiento acerca de la discusión de las dos primeras. Sobre la clarificación de los valores normativos afirma que esta limitación más que una característica de las ciencias sociales para distinguirlas de las naturales es de propia  de las ciencias aplicadas para distinguirlas de las ciencias "puras". Sobre la naturaleza del ser humano en el área de Administración Pública ha de ser mejor comprendida y su conducta más predecible. Simon no acepta la respuesta reconfortante de  Dahl de la innecesariedad para el  administrativista de convertirse en psicólogo y  ser capaz de usar las investigaciones del psiquiatra y del sociólogo". Este no es un método efectivo de llevar a cabo la investigación original en las fronteras de la ciencia pura. La única síntesis de especialidades realmente satisfactoria se lleva a cabo en el intrincado mecanismo de un cerebro humano individual. La Administración Pública no es un campo puramente pasivo que acepta las conclusiones de los psiquiatras y psicólogos acerca de "la naturaleza humana" y luego aplica estas conclusiones al área del comportamiento en la organización. Más bien  -y nótese con especial énfasis – que la Administración es en sí misma un área importante del comportamiento humano y social, y la investigación en administración es investigación en psicología y sociología, capaz de aportar, como de aceptar, nuevos conocimientos en estos campos. El investigador en administración debe considerarse como una persona cuyo trabajo está relacionado con la psicología social, sino como una persona que es un psicólogo social concentrándose en un área especial del comportamiento humano. Su entrenamiento debe de ser guiado de esta forma, Y por lo tanto las disfuncionalidades del BPA son propias y específicas, determinadas por su condicionamiento, normativo, legal, cultural, ético, que lo hace diferente a lo que ocurre en otros ámbitos organizativos, aunque sea solo ahora por pensar en los gravedad de la corrupción o de la ineptitud.

La segunda y más valida por actual y contextualizada político-administrativo más avanzado, isomórfico y complejo, es de James O’kelley (1977) – Coronel ingeniero de los marines, veterano del Vietnam, alto oficial de inteligencia en diversas instituciones y asesor del ejército de Corea del Sur -  al señalar  en su tesis doctoral de 1977, American Pragmatism and Public Administration: influences and inplications for Theory and Practice. (Univ. Washington) sobre la Ciencia Administrativa que (…) La cuestión más grande para mí es entender cómo es que existimos en este laberinto de dicotomías, de Pública, llegando socializarse en su cultura, hasta reconocerse  como el "sentido común" que orienta la acción, siendo  este un concepto pragmático fundamental que se refleja por ejemplo en el enfoque del incrementalismo’  para el diseño de políticas y/o toma de decisiones por mor de la  conducción  a resultados acumulativos macro-políticos en algún momento futuro. 

Es decir según  O’Kelley el  pragmatismo está en el núcleo de la Administración Pública USA, tanto en el origen de la disciplina, el de su heredera –  ilegítima -  de las políticas públicas y en el cogollo de la teoría neoclásica ortodoxa americana, aunque nos avisa honestamente que hay  literatura de la Administración Pública donde el Pragmatismo no encaja o fue rotundamente rechazado.  

El objeto de la tesis excede ahora de la mera pretensión de conectar con el problema de la decisión y comportamiento político-administrativo – compartido por Dahl - y que tantas disfuncionalidades y despilfarro de recursos genera, pues hay que notar  la conexión en el tiempo y en el espacio con su contemporáneo movimiento de la nueva Administración Pública de Frederickson (NAP) y los estudios conjunto de los grandes en las Conferencias Minonbrook de la Universidad de Syracusa, que evidenciaron las disfuncionalidades del sistema para resolver los problemas sociales. diferencias, de incompatibilidades que bifurcan nuestro mundo de acción e ideas. Por ejemplo, cómo podemos operar con  1) la dicotomía entre valores y hechos, 2) la dicotomía entre política y administración,  3) la dicotomía entre teoría y práctica. ¿Qué hacemos? ¿Estamos en un estado continuo de disonancia cognoscitiva? (…)

La tesis doctoral de O’kelley parte de que el ‘pragmatismo’ ha sido, lo fue en 1977   y será siendo un importante sustento filosófico para  teoría y práctica de la Administración Pública, llegando socializarse en su cultura, hasta reconocerse  como el "sentido común" que orienta la acción, siendo  este un concepto pragmático fundamental que se refleja por ejemplo en el enfoque del incrementalismo’  para el diseño de políticas y/o toma de decisiones por mor de la  conducción  a resultados acumulativos macro-políticos en algún momento futuro. 

Es decir según  O’Kelley el  pragmatismo está en el núcleo de la Administración Pública USA, tanto en el origen de la disciplina, el de su heredera –  ilegítima -  de las políticas públicas y en el cogollo de la teoría neoclásica ortodoxa americana, aunque nos avisa honestamente que hay  literatura de la Administración Pública donde el Pragmatismo no encaja o fue rotundamente rechazado.  

El objeto de la tesis excede ahora de la mera pretensión de conectar con el problema de la decisión y comportamiento político-administrativo – compartido por Dahl - y que tantas disfuncionalidades y despilfarro de recursos genera, pues hay que notar  la conexión en el tiempo y en el espacio con su contemporáneo movimiento de la nueva Administración Pública de Frederickson (NAP) y los estudios conjunto de los grandes en las Conferencias Minonbrook de la Universidad de Syracusa, que evidenciaron las disfuncionalidades del sistema para resolver los problemas sociales.


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