martes, 1 de febrero de 2022

El sistema político-administrativo imperial romano y su legado en nosotros (2)

 2º) Del trabajo de la profesora Quintana Orive y de la magna obra de Gladden, podemos  observar  que mientras  las magistraturas  republicanas fuero  de elección popular, colegiales, gratuitas y anuales con expresa  prohibición de continuar y repetir en el cargo o de acumular dos o más magistraturas en la misma persona,  las de los funcionarios imperiales fueron largas o perpetuas en el cargo,  retribuidas  (sistema de salarios minuciosamente definido para todo el aparato administrativo) y sus funciones ejercidas por delegación y  en representación del príncipe o del emperador. 

-                La época  imperial se caracterizó también  por la separación total entre competencias civiles y militares,  por los principios de jerarquía  y disciplina y  la creación de un sistema estable de oficios con una propia organización racional interna, así como una  formación especializada del personal.se recogen, los principios de estabilidad, jerarquía y disciplina, un sistema de retribución;  y el régimen de la responsabilidad penal y disciplinaria .

-                La Administración provincial y municipal, desde la mitad del siglo IV dc, estaba articulada en prefecturas, diócesis y provincias así como unidades administrativas con estatus particular (Roma, Constantinopla, las provincias proconsulares de Asia, África ,Grecia y  Egipto).Los gobernadores provinciales eran la más alta autoridad en la provincia después del príncipe ocupándose  de la gestión y recaudación tributaria  que se llevaba a cabo por los decuriones municipales. También ejercieron como jueces  competentes para conocer en primera instancia las demandas judiciales y los crímenes y delitos cometidos en su territorio.

-                              Un tipo específico de constitución imperial (lex imperator) fueron las ‘Mandata’ como instrucciones en materia administrativa destinada a los funcionarios de la administración provincial.

-                El decurionato municipal fue  un cargo honorífico que se encargaron  de la gestión de los bienes  comunales, de la compra del grano, de la construcción de los acueductos, de la conservación de las vías públicas, organización de los espectáculos públicos y, de la recaudación de los impuestos

3º) Como aspectos de especial relevancia en  nuestros tiempos tenemos

 a)             Acceso a la función pública

 En la legislación de época posclásica y justinianea se establecieron una serie de normas y reglas que vinieron a fijar diversos requisitos de índole físico, moral, económico, social y técnico que debían cumplir, según los casos, aquellos candidatos que pretendiesen acceder a un cargo público.

No hay  con carácter general una edad mínima para acceder a la Administración aunque sí  la de no  admitirse a los menores de veinticinco años en la administración de las ciudades, y que  el emperador Constantino rebajó a los dieciocho años . No se admitían a las mujeres en la función pública , a quienes sí desempeñaron importantes labores en el ámbito religioso y de beneficencia (flaminicae o sacerdotisas). También, se exigía ya desde la República, como regla general, la ausencia de enfermedades o defectos físicos o psíquicos que impidiesen o dificultasen el ejercicio de sus funciones. La sordera,  ceguera o la enfermedad mental podían ser causa de incapacitación.  De su parte  la honestidad y la buena fama eran muy tenidas en cuenta a la hora de seleccionar al futuro candidato (no podían desempeñar ningún cargo público o dignidad aquellos que hubiesen sido tachados con nota de infamia o que hubiesen cometido algún crimen, siendo expulsados de la Administración los funcionarios en quienes concurriesen dichas circunstancias).  Junto a esto  se exigía  el requisito de suficiencia económica a los candidatos para determinados cargos en la Administración, como garantía tanto de una gestión honesta como también de la asunción de la responsabilidad patrimonial que les correspondiese, en su caso, al estar obligados a indemnizar con su propio patrimonio los daños ocasionados por su gestión.  En cuanto  al origen social de los candidatos, en las más altas dignidades del Imperio, la mayoría correspondía  a personas cercanas al círculo de los emperadores.  Para los candidatos a puestos intermedios e inferiores de la milicia armada y de la milicia civil se establecieron una serie de presupuestos básicos, como el nacimiento libre y a la libertad de cargas respecto del Estado o del municipio.

Estaban excluidos los soldados  y sus hijos, los colonos sus hijos y nietos, los esclavos los corporati (empleados en  fábricas de armas del Estado, panaderos), los libertos, comerciantes y artesanos.

La  posesión de  conocimientos técnicos constituía un requisito valorado por las leyes para el acceso a determinados cargos,  distinguiéndose  en  la  prefectura del pretorio ministeria litterata e illiterata.

Por lo que hace a la preparación de los funcionarios, los estudios clásicos como el latín, la retórica y el derecho fueron las habilidades más apreciadas para los  altos funcionarios desde la época del Principado. Tribunales, gobiernos provinciales, direcciones ministeriales (palatini magisteria) eran los destinos propicios para los versados en retórica, latín,  derecho y  taquigrafía. Con el tiempo a los abogados además de la retórica se les exigió el conocimiento técnico. En el  Bajo Imperio se generalizaron los estudios técnicos,  y para controlar la capacidad técnica y asegurar el acierto en la selección de los aspirantes se estableció para determinados cargos la obligación de pasar un examen o prueba de idoneidad (probatio), ante tribunales de profesionales en el caso de los médicos y profesores públicos. Los médicos públicos (medici o archiatri) constituían un cuerpo con su propia jerarquía y un modo de reclutamiento y ascenso específico. Para la incoporación se requería un examen (probatio) por sus propios colegas y era necesario que obtuviese al menos siete votos (la mayoría absoluta de los miembros del tribunal.Por lo que hace a los profesores públicos debían pasar un examen realizado por el prefecto de la ciudad -ayudado por representantes del cuerpo de profesores públicos- ante el Senado, posteriormente el prefecto informaba al emperador de la decisión senatorial y este otorgaba el decreto de nombramiento.

 

b)             Carrera Profesional; Las categorías personales jerarquizadas y la promoción (hoy carrera profesional) ya se basó  en la antigüedad y atendiendo a los méritos de los oficiales. Uno de los aspectos esenciales de la Administración del Bajo Imperio fue la separación entre los funcionarios civiles (militia civilis, militia officialis) y el ejército ( militia armata). A partir de Diocleciano y de sus sucesores, la generalidad de los puestos de la Administración, sobre todo en las oficinas, no provenían ya del ejército auqnue se mantuvieron ciertos simbolos (cinturón militar,  La pertenencia de  los oficiales  del pretorio a  a  legión ficticia  I Adjutrix).

No obstante fue frecuente la comercialización de recomendaciones para la obtención de títulos y puestos en la Administración imperial (suffragium) desde los inicios del Principado y, ello, pese a los intentos de frenar estos abusos por parte de diversos emperadores.

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