Se
anuncia un Decreto del Consell para los
próximos meses para el nasciturus 'Buzón Responsable y de Buen Gobierno' que
como aplicación telemática permitirá a
la ciudadanía, a los empleados público comunicar aquellas conductas que
consideren contrarias a los principios y valores éticos, a las reglas de
conducta sobre el uso correcto de los recursos públicos, a la resolución
adecuada de los conflictos de intereses, a la objetividad y la neutralidad en
la gestión pública. Una suerte, se ha dicho, de 'buzón ético' que asegurará la confidencialidad de los denunciantes.
El
borrador justifica el mecanismo para impedir que los casos de
corrupción que se silencian por mor al miedo a la denuncia y para su conjuro se garantiza la confidencialidad de sus
comunicaciones y su identidad «salvo que resulte procedente la comunicación de
los hechos y de las personas responsables, por motivos de una eventual
responsabilidad disciplinaria o penal». En ese caso se asegura la protección
efectiva de su integridad laboral, para que el denunciante no sufra
represalias, discriminación, acoso o
cualquier consecuencia negativa.
El
ya llamado buzón ético o anticorrupción no obsta la
actuación del orden penal o de control administrativo ya existente y los responsables del buzón comprobarán antes
la verosimilitud de la información que se transmite, salvo que se evidencie su
falta de fundamento.
El sistema telemático tendrá la capacidad
de determinar qué denuncias son
verídicas o falsas, y según la normativa
únicamente se admitirán las comunicaciones que contengan una descripción
suficiente que permita identificar la conducta y que resulte verosímiles, sea
carentes de fundamento o notoriamente falsas o las que carezcan de contenido
esencial, contengan lenguaje inapropiado e insultante, sean manifiestamente repetitivas o tengan un
carácter abusivo no justificado. La idea
pretende que
el buzón será capaz de discriminar si los comportamientos dudosos denunciados
constituyen una mala praxis administrativa o pueden suponer un caso de
conflicto de intereses o de
incompatibilidades. Ante la presunta
corrupción, se reenviará a la Agencia Antifraude o a la Fiscalía
Anticorrupción.
En
primer lugar sea bienvenida cualquier medida tendente a evitar los
comportamientos indebidos y como nos termina de
señalar Carles Ramió, en La Administración Pública del Futuro
(Horizonte 2050). Instituciones, Política, Mercado y Sociedad de la Innovación
(Tecnos, 2017) las Administraciones Públicas han entrado en
un estado de crisis que puede ser muy profundo y peligroso, pero a la vez los
cambios que vivimos podría conducirnos a un mayor empoderamiento y expansión del Estado y de
sus Administraciones en el futuro. Entre
las estrategias a seguir para preparar
esta Administración para la mitad del siglo están; la necesidad de diseñar unos nuevos valores públicos y la futura
lucha contra la corrupción así como futuros diseños organizativos y nuevos
empleados públicos.
Este
buzón se compadecería y reforzaría éticamente con
otras medidas tales como
ü
Sistemas de protección de los propios
funcionarios cuando reciben ataques de los políticos y utilizan su potestad
fraudulentamente (carrera administrativa, derechos diversos, expedientes sancionadores,…)
y sería muy bien venido un mecanismo contra la manipulación perversa, con
antelación a la intervención pretoriana. y la par las conductas de los
funcionarios indebidas deberían agravar sus consecuencias, sobre todo cuando
hay daño a terceros o a la hacienda.
ü
Reconocimiento de los derechos de los
funcionarios sin obligarles a pleitear en tantos casos inútiles, ante la primacía
de la hacienda pública.
ü
Premios constantes a la buena labor
profesional de los empleados públicos.
ü
Reforzamiento de mecanismos plasmados de
lege data que imposibiliten los
nombramientos dudosos o injustos desde el criterio del mérito, y sobre todo en los niveles directivos
y predirectivos.
Tal
y como hizo la Administración moderna en
el S. XIX diseñando factores
administrativos más eficaces o la Administración General del S. XX en el
énfasis sobre la eficiencia, hoy precisamos cambios en los factores para reforzar
el aspecto ético,público y justo de la gestión. Las experiencias previas supusieron cambios
radicales en el qué y en el cómo de la
gestión pública de su entonces y en esta tarea sin duda emprendedores políticos
coadyuvaron (Napoleón, Baron Von Stein,Wilson, Roosevelt, …) Por lo tanto un
cambio a ciento cincuenta años después para
un mundo muchísimo más complejo
(diverso, fragmentado y dinámico) requiere de mucho talento y
capacidad de una parte, y sobre todo de mucha complicidad por la otra,
la sociedad como gobernada o gobernada eventualmente y en especial en su aspecto
mercantil tanto de los negocios privados o de los servicios públicos.
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