BOURBON-BUSSET en Filosofía política o elementos de la Ciencia
de Gobierno y de Administración (1834) diría
siguiendo a Sócrates diría la mayor impostura es querer dirigir y
gobernar a los hombre sin tener talento para ello. Se peguntaría ¿en que se
funda pues la filosofía política, ese arte de gobernar, tan bello, tan difícil
y tan noble?
Para el citado Bourbon el magistrado
encargado de la administración interior debe velar por la educación física y
moral de los niños, la construcción de caminos, canales, mercados en pro del
comercio, asegurar mediante reglamentos las buenas costumbres mercantiles, la
correspondencia de la moneda nacional con las extrajeras, el amor a las letras
ya las artes, arraigar en el corazón de
la juventud el amor a las buenas costumbres y a la virtud, dirigiendo
sabiamente los estudios y, por último, hacer del amor a la patria la más sólida
de todas las virtudes, estrechando de este modo los vínculos de la familia.
De su parte el jefe de un Estado o el
principal ministro contrae todo a la unidad de acción, enlazando entre sí las
partes que le parecen distintas, para que la legislación, la religión y el
poder ejecutivo concurran todos a un mismo fin. Domina a los hombres y a las cosas, sujeta los
sucesos a sus cálculos, y perfecciona, anima y dirige a un mismo tiempo los
resortes visibles u ocultos de la maquina política.
Un trabajo titulado “Funcionarios y
políticos: el equilibrio cambiante” de G.
Peters y J. Pierre (GAPP n.° 17-18, 2000) deja constancia de que en la MPM las reformas
administrativa (o doctrinas administrativas en términos de Hood y Jackson) de la mano de líderes como Thatcher, Reagan,
Mulroney o Keating (laborista), la
retórica dominante pasó a ser la de reducir los poderes de los funcionarios de
carrera a favor de los políticos o
gestores de fuera de la carrera. Los funcionarios se mostraron como los defensores del statu quo e incapaces del gobierno
eficiente, que ahora conseguirían los gestores políticos por mor del ‘hands on’
en lugar del ‘hands off’ (estar o no, encima de la gestión).
Pero lo que vemos pro aquí y por allá que
metieron la mano donde no correspondía, especialmente en las arcas públicas y lo que es peor en el ámbito
técnico-administrativo. Y meterse donde uno no sabe suele acarrear consecuencias nefastas, como ya advirtiera
Sócrates. Pues la ineptitud cuesta más dinero que la propia corrupción,
Podemos considerar consecuencia de la ineptitud,
cuando no además efecto de la corrupción, el que RTVV se encuentre sin licitación para
la contratación del servicio de limpieza, la calificación de bono basura de la
deuda pública valenciana, la manipulación de estadísticas en la
Comunidad Valenciana, La financiación de Bankia al Gobierno autonómico pese a cuestionar su
gestión económica, las sentencias de los
derechos de los interinos, de las pagas extraordinarias, de los despidos
objetivos, la gestión de la dependencia y/o residencias, las medidas de gestión
indirecta de la sanidad madrileña, el caso Gowex, la contrataciones del
profesorado universitario, las malas sentencias…
Ineptitud que genera unos sobre costes
que nadie se atreve a cuantificar, más allá de las ejecuciones concretas de
sentencia. Menos Mal que sabiamente se consideró para la Administración moderna
en el
sistema de justicia retenida francés, que ‘juzgar a la Administración es
también administrar’ (ley de la Asamblea Constituyente de 24 de Agosto de 1790 y artículo 44 de la
Constitución napoleónica del año VIII).
Tal vez aquí radique un argumento no
visible de por qué no se quiere dar más
dinero a la CV. ¿Para malgastarlo?. Tal
vez entre la corrupción y la ineptitud se genere más pasivo que el activo de la
financiación requerida habría que
estudiarlo, y ver también por que se han producido tantos abandonos de cargos –
sin imputaciones penales – en el último año, más allá del sálvese quien pueda propio de los
cambios de ciclos políticos .
Los que se han detenido en el estudio del
pensamiento administrativo español saben del gran error que supuso para España no adoptar la figura de
los prefectos franceses y adoptar la de los Gobernadores civiles de
nombramiento político. Todo el mundo
sabe lo difícil que es en España trabajar para una Administración Pública, por
muy meritorio que sea uno técnicamente, sino eres un afín al mandatario, y para
mí esta dinámica, - no sólo es contraria
al 23 y 103 CE - si no también
muestra de la ineptitud para la
‘cosa pública’, otra caso sería la ‘cosa
nostra’. Para la teoría administrativa
la afinidad se sustituye por la lealtad institucional o por el dictum weberiano ‘sine ira et studio’.
Por lo tanto no sé si ‘Podemos’ podría,
si podemos, sin o pesar de ‘Podemos’, si podremos en el futuro o
podríamos en determinadas circunstancias, eliminar la ineptitud pública y
privada, pues ambas guardan estrecha relación con el clientelismo, y la
corrupción.
Pero hic et
nunc tampoco sé, si el último mohicano será un héroe, un hipócrita o un
villano trasvestido.
En todo caso en la Ciencia de la Administración hay argumentos para evitar la corrupción, la ineptitud
y otras disfuncionalidades, se encuentran en lo que se denomina la Teoría política
de la Administración y la Teoría administrativa de la política.
La Ciencia no es incompatible con la fe y la esperanza. No olvidemos pues a los 36
justos (Tzadikin Nistarim) del Talmud, pues les aseguro que en el sistema
político-administrativo hay aptos, buenos y capaces para cambiar la dinámica. caótica
actual .
(pinazoh.blogspot.com.es/2009/05/los-treintaiseis-justos.html)
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