España
perderá un millón de habitantes en 15 años lo que augura una sociedad envejecida,
un estancamiento económico y muy graves problemas fiscales y que afectará al
mantenimiento del Estado del bienestar en todos sus aspectos y todo ello debido a que la natalidad no cubre la tasa mínima de reemplazo
y que este año se cerrará con un descenso vegetativo de población, con la menor
tasa de la historia de natalidad sobre población, e incluso con un saldo
migratorio negativo, que durante años ha
sido el salvavidas estadístico.
Desde
1941 nunca se ha registrado una tasa tan baja de natalidad como la actual, con solo 8,79
nacidos por cada mil habitantes, que supone la mitad de la que teníamos en 1978.
Se han superado los 400.000 nacimientos
en 2012, 2015 y 2016. La prospectiva
señala 330.000 nacimientos en 2030 y sobre
300.000 en 2050. España perderá un
millón en 15 años, y 5,3 en 45 años.
Esta
situación guarda estrecha relación ese mantra que se repite acerca de que por primera
vez la generación de nuestros hijos vivirá peor que nosotros y que se explica
en diversas obras recientes (La
sociedad que seremos; Abuelo, ¿cómo
habéis consentido esto?; El muro
invisible. Las dificultades de ser joven en España) que nos muestran como los
jóvenes se enfrentan a un espeso muro que les impide construir su futuro debido
a la precariedad, la falta de oportunidades, las dificultades para emanciparse
y construir un hogar, y las deficiencias del sistema educativo. El gasto
público en Educación cayó un 17% entre 2009 y 2014 y nuestro modelo de bienestar
no ha redistribuido hacia los que más lo
necesitan, pues las políticas públicas han protegido más a los jubilados que a
los jóvenes y a los niños, siendo los
menores de 0 a 17 años el grupo de edad con el porcentaje más alto de pobreza.
El ascensor social como
posibilidad de que los hijos de las clases menos favorecidas mejoren su nivel de vida chocan con el
deterioro de la educación pública pues la desigualdad de oportunidades se muestra
como una de las injusticias más lacerantes que deja la crisis de 2008 y el
abandono escolar se muestra como el gran drama de nuestro sistema educativo.
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