La prestigiosa revista sobre Ciencia de la Administración Public Administration Review Volumen 78- de 2018 presenta un artículo de investigación intitulado Assessing Qualitative Studies in Public Administration Research de S. Ospina , M. Esteve y S. Lee cuyo fin - tras revisiones sistemáticas de los métodos de investigación en el campo de la Administración Pública -, ha sido la evaluación del progreso de la práctica de la investigación, para ofrecer recomendaciones relevantes para desarrollar aún más la calidad de la investigación.
Se pone en evidencia la predominancia de los estudios cuantitativos frente a las pocas evaluaciones de los estudios cualitativos que normalmente tienden a centrarse en dimensiones específicas. De un análisis de 129 estudios cualitativos publicados en el periodo 2010–2014 en las seis principales revistas de administración pública, tres resultados se extraen del análisis.
El trabajo cualitativo representa un porcentaje muy pequeño de los artículos de revistas publicados en el campo.
La práctica de la investigación cualitativa utiliza una pequeña gama de metodologías, principalmente estudios de casos.
Hay inconsistencia en informar decisiones metodológicas.
El artículo analiza las implicaciones de estos hallazgos y ofrece recomendaciones para garantizar el rigor metodológico al tiempo que considera la integridad de la lógica de la investigación y los estándares de información de la práctica de investigación cualitativa.
En entrada de 15.052015 hablamos de De como el subsistema político impide el desarrollo científico del subsistema administrativo, En ella dábamos cuenta de que ya en la década de los `80 MCCURDY y CLEARY señalaron que para la construcción de la teoría, las investigaciones no satisfacen los criterios de validación, prueba de ensayo y causalidad. STTLLINGS denunció la separación manifiesta entre el estudio de la Administración Pública y su praxis como el corazón del problema de la disciplina, pues los problemas prácticos de la actividad diaria no producen automáticamente respuestas comprensivas para el examen en las escuelas, ni para el proceso cognitivo.
En este discurso PERRY Y KRAEMER señalarían que no se ha desarrollado una metodología rigurosa ni se ha sido cuidadoso con las definiciones, ni ha habido acuerdo sobre los paradigmas de teoremas o sistemas teóricos. Tampoco se ha acordado sobre ningún lenguaje, jerga o simbología y con unas muy pocas excepciones experimentales, el campo no ha sido modelado o matematizado
HAQUE identificó cuatro dimensiones de la crisis en la Administración Pública;
En primer lugar la crisis de identidad, debido a no haber resuelto el problema de la dicotomía política-administración y la indiscriminada incorporación de los enfoques genéricos sobre organización y management sin considerar la especificidad de lo público, En segundo lugar, se trataría de una crisis de paradigma debido a diversidad teórica, la discontinuidad intelectual y el debate epistemológico.
En tercer lugar, existe una crisis metodológica por los diversos sub-campos de la Administración Pública que no cuentan con un rigor empírico y una investigación metodológica científica.
En cuarto y último lugar aparece la crisis de legitimidad o de validación sustentada en diversas causas, tales como la falta de conexión entre los actores y operadores (técnicos, profesionales y ciudadanos), la sistematización inferior a la de otras disciplinas.
GARSON, D. G. Y OVERMAN, S. E., concluyen que la falta de una adecuada metodología, la baja calidad en las disertaciones así como los inadecuados estándares en los programas de Administración Pública, son lo habitual en el campo de estudio. Los intentos de tratar de responder al problema metodológico han seguido ofuscados en si las investigaciones se han centrado más en estudios de praxis o en la falta de estudios comparados, llegando incluso a la necesidad de importar la metodologías de la teoría de sistemas a la Administración Pública como paradigma emergente y alternativa de conocimiento.
Reiteramos buena parte de aquella entrada de 2015 porque la actualidad aun es más penosa ya que hoy más que nunca – por la exacerbación de las ideologías y luchas partidistas, adundan ya en la consabida ineptitud y perversión del subsistema político que impide desarrollar las investigaciones en el subsistema administrativo.
Pero es que además en los programas universitarios de Administración Pública en la Comunidad Valenciana – so pena de alguna interesante tesis doctoral - apenas se dedica recursos a las investigaciones y menos a su fomento -. Por no haber no hay ni área de conocimiento en algunas de estas universidades con grados en Ciencias Políticas, programas de doctorado o de mero postgrado. Esta dinámica académica pemitiría no depender de las propias Administraciones Públicas para abordar investigaciones cuantitativas y sobre todo cualitativas de un espectro amplio (vg. la dirección política de la Administración Pública).
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